A casi cincuenta años de que fue cerrada la zona de tolerancia “66 Sur” en la colonia Melitón Salazar continúa funcionando en el clandestinaje. Las derruidas casas que antes albergaron a miles de parroquianos y célebres sexo servidoras, hoy son ocupadas por mujeres que practican la misma actividad.
Por ese motivo aunque en un menor grado la “zona roja” sigue estando roja debido a la proliferación de alcohol y drogas que terminan en riñas sangrientas entre pandillas.
Lo peor de todo es que no hay un acercamiento, ni estatal ni municipal, del sector salud para llevar los chequeos de las sexo servidoras.
Otro problema grave es el embarazo en adolescentes, muchas de ellas casi niñas a las que se les puede ver con sus hijos en brazos o en carriolas.
En sus calles aún se respira el olor a tragedia debido a tantas muertes por diferentes motivos, sin embargo, el fallecimiento de Leopoldo Castro a consecuencia de una discusión con una falena fue la gota que derramó el vaso.
El soberbio joven era hijo del Capitán y jefe de la policía Leopoldo Castro Gamboa y al llegar la poder Carlos Loret de Mola, le ordenó cerrar la zona roja en 1970.
Hoy, el panorama no es el mismo que ese tiempo pero la so sobra con la que vive la gente de esa colonia a diario es algo parecido "a no saber si despertaras mañana", comentó un temeroso vecino que declinó ser identificado.
En los análisis de la historia de la Zona Roja se menciona que todas las mujeres que se dedicaban a la vida galante en ese lugar se apoderaron de diferentes puntos de la ciudad operando de manera clandestina. algunas lo hicieron de lo que hoy se conoce como el ex rastro y en el centro el famoso "venadito" o el pasaje "cecilio chi".
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